DE PRESUPUESTOS Y OTROS DESPROPÓSITOS

DISEÑADOR, LO QUE NO TE DICEN CUANDO ESTUDIAS Y LO APRENDES EN LA UNIVERSIDAD DE LA VIDA

25 abril 2010

Periodista, Mileika Marcano Díaz

CNP 17021

 

Hace un mes estaba trabajando en un proyecto captado por un contratista que me dijo “sí” a todas las condiciones de prestaciones laborales que propuse, era yo una parte entre un grupo de personas que trabajábamos en el mismo proyecto, meses después detuvieron el encargo y dejé de cobrar por un trabajo que ya había hecho.

Este drama lo viven muchos profesionales autónomos que no toman en cuenta el tema del “contrato previo” con sus empleadores, pues la mayoría de las veces cuando se trabaja por cuenta propia, el llamado freelance o como se dice en Venezuela “matar tigres”, no se hace ningún tipo de contrato entren las partes.

Cuando se establece la contratación “de palabra” nada queda establecido, por tal motivo cada quien es libre de interpretar y proceder de manera unilateral entendiendo cualquier cosa que se le antoje y esto conlleva a un enorme error.

Y aunque sea un despropósito hacer un presupuesto, porque la mayoría de las veces el cliente se da cuenta de que quería o de que necesitaba algunas otras cosas, es primordial que quede por escrito, porque todo lo que no esté presupuestado es un trabajo extra.

Asimismo, es necesario, para el óptimo desarrollo del proyecto, que ambas partes establezcan las reglas de juego, que debe incluir procedimientos, calendario de fechas de entrega, responsabilidades e involucrar a todos, incluso al cliente, para cumplir con lo establecido.

Se debe trabajar en base a un programa con objetivos claros y precisos, todo lo que está fuera del plan inicial debe conllevar a un cobro extra de lo que fue contratado. Incluso, el simple hecho de asesorar al cliente es una parte valiosa del trabajo.

La mayoría de los clientes saben lo que quieren pero no necesariamente tienen idea de lo que realmente necesitan, así que el tiempo de un profesional es valioso. Pues, una asesoría adecuada a los verdaderos requerimientos puede conllevar a un ahorro importante de capital.

El trabajador que se menosprecia es menospreciado

Aquellos que solicitan los servicios de un profesional y que luego pagan tarde o nunca en la mayoría de los casos es responsabilidad del trabajador por no haber establecido correctamente en un contrato el pago estipulado.

Es necesario pasar por escrito de manera detallada el producto o servicio que se va a desarrollar, el profesional no debe regalar su tiempo, ni su trabajo y no debe regatear con nadie sus tarifas, pues al final del proyecto se dará cuenta de que siempre entregó más de lo que inicialmente se dijo “de palabra”.

Establecer horarios de trabajo que se puedan cumplir, y recordar que se tiene un hogar, una vida privada y a lo mejor una familia por encima del trabajo. Aunque le exijan acoplarse no se dejes que roben tu tiempo y menos por encima de tus propios intereses.

Recuerda siempre que el dueño de tu tiempo eres tú, no des la dirección de tu casa, ni tu teléfono personal, eso sí establece un horario de trabajo y una manera de comunicación que debes cumplir a cabalidad sin excepción, ya que una vez que rompas con la regla, para echar para atrás será tarde.

No se trata de ser inflexible, al contrario, se trata de respeto mutuo porque el día en que estés agotado al extremo, porque no reparaste en tu bienestar o el de tu familia, comprenderás que ni con todo el oro del mundo será suficiente para recuperar el tiempo perdido con tus seres queridos o para recuperarte de alguna afección física o mental.

Toma en cuenta además que a nadie le importa tu vida privada ni tu tiempo de hacer las cosas, eso es tu problema, así que cumple con tus entregas de manera profesional y eficiente en las fechas establecidas. Así como de que tienes el deber y el derecho de exigir el pago de tus honorarios profesionales en el tiempo acordado.

 

 

No hay cliente pobre o que no tenga recursos para pagar por tu trabajo, así que no hagas rebajas ni precios especiales a esos “clientes, supuestos amigos de un amigo” pues siempre te exigirán como si se tratase de una corporación trasnacional.

Siempre pregúntate: ¿soy una ONG o soy un empresario? Siempre se es libre de colaborar con aquellos que quieras pero si deseas pagar tus cuentas debes establecer unas tarifas y un plan de cobro que te proporcionen beneficios sin caer en la usura.

En resumen, no levantes el lápiz ni traces una línea si no te han contratado por escrito y menos si no te hacen un adelanto de tu pago, y no te preocupes por perder el cliente porque estarás ganando en tiempo y con ese tiempo podrás conseguir un proyecto en el que sí valoren adecuadamente por tus servicios como Dios manda.

Diseñador, esto es lo que no te dicen cuando estás estudiando pero lo aprendes en la universidad de la vida, así que aprovecha estas experiencias para que obtengas de tu trabajo el beneficio que te corresponda.